“My life as I have lived it owes everything to
those who had come into it,
stayed long or little, and passed out.
Their love, as well as their hate,
has gone into making my life worth wile”.
Emma Goldman
(quien también fue comadrona)
Compañeras, me dirijo a vosotras desde lugares en los que me acompañan la tristeza, el dolor, la vulnerabilidad, el miedo a las represalias por expresar mi parecer y sobre todo la preocupación por el futuro, pero como siempre la esperanza no abandona. Y aquí me hallo, escribiendo estas palabras, por si pudieran contribuir a un debate que ahora mismo no existe por circular única y exclusivamente bulos y mentiras, sino precisamente a generarlo desde un lugar de respeto, escucha, empatía y sobre todo: con argumentos.
Situación actual
La situación actual es absolutamente dramática: España es el país a la cola de la OCDE en número de comadronas. 2 por cada 10.000 mujeres y personas con capacidad gestante, frente a por ejemplo las 21 por 10.000 de Irlanda.
El futuro no pinta mejor: en los próximos tres años se jubilan la mayoría de ellas, más de un 40%, sin que exista reemplazo.
Actualmente en Cataluña, igual que en otras Comunidades Autónomas de España, nos estamos encontrando que ante la “falta” de comadronas se las está sustituyendo por personal de enfermería y auxiliares de enfermería, por nutricionistas, por fisioterapeutas, etc.
Es decir, por personal no especialista así como se está troceando su profesión, troceando todavía más la atención obstétrica y ginecológica que reciben las mujeres y personas gestantes, en un contexto en el que ya de por sí es difícil tener una persona profesional de referencia que te acompaña en tu vida sexual y reproductiva, como en tantos otros contextos.
Ya está sucediendo en nuestro territorio, Cataluña, que se está forzando al arrastre a comadronas de la primaria y de los ASSIRS a paritorios, ante la falta de especialistas.
De la misma manera, no se están teniendo en cuenta las especialidades del ejercicio de la comadronería en cuanto a condiciones laborales, ni en cuanto a calendarios, horarios, recursos humanos ni materiales, ni en cuanto a su retribución salarial. Ejemplos dramáticos de esto es el grave conflicto laboral suscitado en el marco de la gerencia del sr. Jordi Telis, en el Hospital de Martorell, que ha forzado el cierre del Centre de Naixements de Martorell (podéis firmar la petición que impulsó Dona Llum aquí).
En la actualidad muchas comadronas se refugian de esta realidad que violenta sus derechos laborales y humanos ya sea pasando al ámbito de la primaria, ya sea ejerciendo como enfermeras no especialistas, ya sea dedicándose a la investigación académica, ya sea yendo a trabajar al extranjero.
Esta es la historia de una crónica de una muerte extensamente anunciada. Son datos que hace años que se conocen, se calculan, se debaten, sin que nadie haga absolutamente nada al respecto: ni desde las Administraciones centrales ni sanitarias, ni desde los colectivos de las comadronas que, aunque nos consta que recorren pasillos en una queja infinita y convocan foros en bucle para debatir el estado de la profesión, en ningún momento han planteado pasar a ningún tipo de acción directa ni han llevado a cabo ninguna propuesta de potencial aplicación inmediata ni tan siquiera a corto plazo.
Antecedentes: formas múltiples y creativas de acabar con la profesión
Cuando hablamos de que esta es la historia de la crónica de una muerte anunciada, no nos referimos a especulaciones ni a construcciones teóricas.
Hemos leído a Deirdre English y Barbara Ehrenreich en su mítico Brujas, parteras y enfermeras, sobre cómo existió una persecución específica hacia la figura de la comadrona (incluyendo quemarlas vivas en las hogueras) por ser una figura de apoyo directo a las mujeres en un momento histórico de retroceso de derechos.
En nuestro contexto político y territorial, por ejemplo en España las comadronas fueron explícitamente perseguidas por ser una profesión tradicionalmente femenina (se trataba del colectivo femenino con mayor nivel de estudios a finales de los años 30) lo cual a su vez les garantizaba independencia económica y también con un alto compromiso político, por estar de parte del bienestar de las mujeres, es decir, feminista. Por todas ellas: Matronas represaliadas ¡PRESENTES!
Conocemos la condena por los Tribunales Europeos a España por cerrar unilateralmente las formaciones de comadronas durante diez años, entre 1987 y 1994. Una vez condenada se reabrió “a regañadientes” y con un enfado y boicot explícito a la formación (así dan testimonio las primeras promociones posteriores).
La gran diferencia a partir de entonces es que las comadronas en España han pasado a ser obligatoriamente (y pronto se harán las precisiones necesarias a este obligatoriamente) una especialidad de enfermería.
Es decir, existe una estrategia histórica en primer lugar, de eliminación de la figura de la comadrona y asunción de sus competencias por otros profesionales no especialistas (y menos problemáticos, también hablaremos de esto), y en caso de su existencia, que esta pase por una integración forzada al colectivo de enfermería.
El hecho de que año tras año se convoquen menos plazas de EIR que las necesarias para garantizar el reemplazo generacional (ya ni siquiera estamos hablando de unos números acordes con las recomendaciones de organismos internacionales zero sospechosos de ser antisistema como por ejemplo la OMS, o de unos números acordes con países del entorno de la OCDE) o de que se sigan convocando similar número de plazas para especialistas en obstetricia y comadronas, es la evidencia explícita de que la estrategia existente es dirigirnos hacia un futuro en el que 1) no hay comadronas y 2) la obstetricia va a cargo de profesionales no especialistas dirigidos por obstetras.
Por cierto, ambos de los escenarios descritos, ya fue lo que se buscó y forzó “por las malas” cuando se cerró unilateralmente entre 1987 y 1994 la formación de comadronas. Como la muerte de la profesión forzada y en abierto no ha sido legalmente posible (menos mal que para entonces España ya formaba parte de la Unión Europea, de otro modo, quién sabe), hoy en día se está eliminando a la profesión por otras vías alternativas e implícitas: vía dificultad de acceso (y ya me referiré al EIR más adelante), vía condiciones laborales degradantes, vía infradotación personal y material, vía políticas que no garantizan el reemplazo profesional, y un largo etcétera.
Analistas de lo inexistente: de bulos, mentiras y punitivismo
Ha estallado la polémica en las redes con base en el anuncio de que se estaba preparando una propuesta de formación de comadronas, y a partir de aquí, se lanzan las analistas de lo inexistente, solas frente al círculo de luz, a sentar cátedra sobre por qué la propuesta era mala y sobre todo, “una amenaza” para la profesión.
Se suceden los comentarios en tono insultante, amenazante, hablando de cursos de CCC de ocho meses, de que se iba a formar a las doulas (¡que viene el coco!), de que era formación no reglada, que era todo un negocio, etcétera, etcétera.
Tal vez sienta extremo pudor cuando me pronuncio y por esto he tardado en hacerlo unos días, precisamente por el miedo a hacerlo sin estar lo suficientemente informada ni a haber reflexionado con suficiente profundidad el asunto (ya sabemos que a las mujeres nos cuesta sentirnos expertas en algo), pero el espectáculo vivido es absolutamente lamentable y desolador.
He sentido vergüenza ajena, y quiero añadir, enfado cuando escucho “así son las redes”. Las redes “son así” pero también es cierto que hay espacio para la crítica propia y ajena: ¿cómo han contribuido ciertos posicionamientos, discursos y comunicados a la situación de desinformación?
¿Quién ha posibilitado y quién ha imposibilitado que las comadronas tengan acceso a la propuesta y por ende la posibilidad de meditarla y reflexionarla desde un lugar de verdad y autenticidad y formarse su propia opinión al respecto?
¿Siguen repitiéndose las dinámicas “representativistas” por las que organizaciones y asociaciones se apropian del “derecho a representar y hablar por todas” pero sin el esas “todas”? Y la eterna pregunta: ¿existe un todas?
La verdad es múltiple y diversa (¡por suerte!), como más adelante trataré de argumentar, espero que satisfactoriamente.
Para terminar, lo que es peor: desde el colectivo de comadronas se llama a que rueden las cabezas de quien propone alternativas, en un máximo alarde de punitivismo del que curiosa y dolorosamente no hemos sido testigas hacia las personas directamente responsables desde sus puestos políticos y de gerencia de su situación actual degradante e insostenible como colectivo, no se ha llamado a la dimisión ni al cese por ejemplo del gerente de Martorell, siendo Dona Llum la única organización (¡de representación de usuarias!) que ha hecho el llamamiento.
Se priorizan informes contra las doulas por instrusismo (delito penal por cierto que nada tiene que ver con esto, pero ese es otro triste tema) pero no hay un rugido feroz contra todas esas profesionales no especialistas o por el hecho de la gran cantidad de profesionales de fuera sin la especialidad homologada (y con esto no quiero de ningún modo responsabilizar a estas profesionales de la situación ni caer en actitudes colonialistas ni racistas) asumiendo competencias en paritorios y en atención primaria que corresponden a las matronas, ni contra la campaña de lavado de cara de los colegios de obstetricia que presentan en sus vídeos a obstetras atendiendo embarazos, partos y postpartos perfectamente normales, fuera del ámbito de sus competencias que es la patología. ¿Igual es que es más fácil disparar hacia abajo que hacia arriba?
El dogma del EIR
Estos días he estado atenta a las reacciones y a los comentarios a efectos de tratar de entender la situación y de tratar de empatizar con el enfado así como con la explosión de rabia. Valga poner por delante que no le tengo miedo ni al enfado ni a la rabia, son expresiones legítimas. El problema como siempre es qué utilidad política se le da y desde qué lugar.
En cuanto al argumento de que la matronería es una especialidad enfermera y el EIR es la única forma de garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a la especialidad.
En primer lugar, el EIR ahora mismo es un obstáculo directo en relación con la profesión. Cada año miles de personas se presentan a él, de estas miles de personas muchas de ellas quieren ser comadronas, y no lograrán plaza, irónico e insultante, en un país en el que faltan desesperadamente estas profesionales. Entre 2019 y 2022 ha aumentado de media un 7% el número de plazas anunciadas para todo tipo de especialidades de enfermería, excepto para la especialidad “obstétrico-ginecológica”, cuyo aumento se sitúa en un 1,94%.
Tengo la suerte de tener entre mis amigas a enfermeras (muchas de ellas estudiaron enfermería para ser comadronas) y a comadronas, todas ellas me han explicado cómo el proceso del EIR para ser comadronas afectó a su bienestar y a su salud mental.
¿Presentarse al EIR garantiza la igualdad de condiciones? Las oposiciones hace ya tiempo que se han puesto en cuestión en relación a su supuesto efecto igualador. Empezando por el hecho de que no todo el mundo puede acceder a una educación (ni siquiera pública, en España se paga), ¿quién puede permitirse estudiar a ciertos niveles, pagando preparadora/es, durante años? ¿Cuántas compañeras se sacan un sobresueldo a gracias a las preparaciones para el EIR? (y no para hacerse ricas, sino para alcanzar a pagar el alquiler, cosa que no podrían hacer en caso de depender exclusivamente de su sueldo como comadronas).
Unas oposiciones no le suponen el mismo esfuerzo a todas las personas, dependiendo de su capacidad económica, de si tienen obligaciones o no de cuidados, si de están simultaneando el estudio con el trabajo, etcétera. Además, año tras año con posterioridad al examen de EIR se acumulan las quejas, las impugnaciones de notas, etcétera.
¿Es este el aspecto de un sistema perfecto e imparcial?
Me parece importante precisar que esto también sucede en otras oposiciones, por ejemplo en Derecho: ¿qué estamentos sociales pueden permitirse tener a alguien años y años estudiando y pagando preparadora/s?
Es más, ¿por qué el colectivo de comadronas no traslada la fiereza de las quejas en cuanto a posibilidades económicas por ejemplo al hecho de que España (y de entre todas las comunidades autónomas, Cataluña a la cabeza) es uno de los países del entorno con mayor privatización de la sanidad? Muchas comadronas (¡y obsetras! ojo) trabajan en la privada, ciertamente. Es más, más allá de grandes corporaciones sanitarias, a veces el ejercicio privado ha sido el único resquicio donde ejercer la profesión desde la autonomía y libertad para muchas comadronas. ¿Qué hacemos con esto? (más allá de gestionarnos el dolor que nos produce, o por lo menos hablo por mí).
Igual que tantas otras cosas, ¿o es que únicamente con las facultades públicas saldrían suficientes enfermeras (¡que han hecho prácticas en la privada!)? Actualmente existen todo tipo de estudios privados en enfermería, en fisioterapia, en medicina, más caros que los públicos (porque insisto, ambos son de pago) sin que las organizaciones de comadronas (ni otras) hayan montado un escarache de la dimensión del que se acaba de montar.
Año tras año seguimos llamando a la “abolición” de la sanidad (y la educación) privada las mismas (y escuchando las risitas posteriores de burlas), firmando manifestos, y se nos llama extremistas, se nos dice que si no nos damos cuenta que de otro modo no habrían suficientes profesionales. ¿Es precisamente ahora cuando se nos va a pasar por la cara el argumento de la privatización? ¿Justamente aquí donde se va a trazar la línea? Duele profundamente.
Entonces, volviendo al EIR, las personas con capacidad económica y unas circunstancias personales que se lo permitan (sin obligaciones de cuidados o posibilidad de delegarlos, etc.) se prepararán más intensamente y podrán presentarse al EIR año tras año, o directamente se marcharán al extranjero a formarse y aquí también está el tema de quién tiene la capacidad para alcanzar niveles de inglés que lo hagan posible.
En relación al inglés, también mencionar el problema que esto supone en cuanto a que muchas profesionales no tienen posibilidad de acceder directamente a leer evidencia científica de calidad porque dependen de traducciones.
El dogma de la sanidad española
Estamos a 2.023 y se sigue repitiendo que la sanidad española es la mejor del mundo y que la formación (en este caso en comadronas) es la mejor del mundo. No me avergüenza decir que yo también fui esa persona, nadie nace sabiendo. ¿Cuándo dejé de serlo? Cuando empecé a informarme.
Si la sanidad española es la mejor del mundo, ¿por qué está de capa caída en todos los indicadores desde hace años? (y obviamente, señalo a quienes impulsan políticas públicas que la degradan año tras año, por ejemplo, vía presupuestos, no a sus profesionales).
Si la vía del EIR y la práctica obstétrica en este país es tan perfecta, ¿por qué países del entorno OCDE, con ambas vías de acceso (directa y vía enfermería) tienen mejores resultados perinatales?
¿Quiere decir que en todo el mundo incluido nuestro contexto europeo en todas partes la formación es peor y se trabaja peor que aquí?
De momento con los datos en la mano sabemos que en otros países se hace de otra manera, que en el contexto europeo se permiten y homologan ambas vías porque ambas garantizan unos contenidos adecuados, y que en el contexto europeo al que me refiero en el que operan ambas vías tienen tanto un ratio de comadronas más adecuado en la medida en que se acerca o cumple con las recomendaciones oficiales (incluso alcanzando el famoso 1a1 con el que en España por cierto no podemos ni soñar a día de hoy), tal y como constatamos al consultar por ejemplo el European Perinatal Health Report correspondiente y múltiples artículos académicos (algunos consignados al fnal de este texto, para la que quiera seguir indagando).
Quiero decir desde el respeto que hoy es más urgente que nunca abandonar visiones autolimitadas y reduccionistas del mundo. En él pasan muchas cosas e igual está bien dejar atrás una concepción españolcentrista (por llamarla de alguna manera) y observar con curiosidad y ganas de aprender qué se hace en otros lugares.
Recuerdo con especial cariño el informe1 que redactamos después de que se nos invitara a visitar el sistema obstétrico danés. Qué envidia sana sentimos entonces, y cómo ese viaje nos animó a desear todo aquello para comadronas y mujeres y personas usuarias en España, a seguir luchando. Ojalá más ojos lo hubieran visto: igual sabrían que otros mundos más amables y de más calidad son posibles, también para las comadronas.
Sobre las condiciones laborales: ¿causa o consecuencia?
También he leído en algunos lugares que si ante una escasez absoluta de matronas, las condiciones laborales son tan malas, en caso de haber más matronas, serán aún peores y que por lo tanto, lo mejor es que no haya más comadronas.
Creo que a este argumento pueden hacérsele varios apuntes:
En primer lugar, cualquier persona que conozca la historia de las reivindicaciones laborales, incluyendo huelgas, manifestaciones, etc. sabrá que una de las condiciones indispensables para que tiren adelante suele ser que haya suficiente masa crítica de personas. Ahora mismo el colectivo de comadronas es anecdótico, precisamente porque no son muchas y porque además, están integradas en los Colegios de Enfermería, donde se diluyen y pasan a ser un colectivo aún mucho más subsidiario.
Las comadronas como colectivo no tienen una masa crítica de integrantes suficiente, y lo que es triste y parece que no se ve, es que esto no es casualidad, porque lo que se busca políticamente tal y como nos demuestran la historia y los hechos actuales es que haya pocas comadronas o que directamente no las haya.
Las malas condiciones laborales no son consecuencia sino causa, precisamente lo que se busca a través de unas condiciones laborales imposibles es que sea una profesión que no se la desearíamos a nuestra amiga ni vecina querida.
La propuesta: hemos llegado a este momento delicado
Pongámonos en antecedentes (porque como feministas sabemos que el contexto y el proceso no son complemento sino eje central):
Ya en 2.022 hubo acercamientos en relación a la propuesta con las organizaciones, en las que se nos explicó el proyecto. En Diciembre de 2.022, se nos pidieron cartas de apoyos, y por cierto puedo decir con total tranquilidad que Dona Llum estuvo de acuerdo, igual que lo estuvieron otras organizaciones, inclusive de comadronas.
¿Es legítimo retirar un apoyo que ya se había dado? Por supuesto que sí. Pero volvamos a colocarnos en un lugar más allá del qué, que incluya el cómo. Lo que me entristece y me parece poco ético es lanzar comunicaciones en las que estos extremos se obvian, no se explicitan e insinuar o directamente argumentar una falta de transparencia que no sólo no ha existido, sino que ha sido todo lo contrario.
Dona Llum Associació Catalana per un Part Respectat, igual que el resto de organizaciones, recibió la propuesta, incluyendo la Universidad extranjera participante (con enlace a la web en inglés) y el programa. Para las que no entendieran el inglés, estaba traducido al castellano y ni más ni menos que al catalán.
Y ahora sí, sin más prolegómenos, yo sí conocía la propuesta: se trataba efectivamente de un convenio entre la Universidad Blanquerna (de reconocido prestigio) y la universidad belga pública Thomas More, la universidad más grande de ciencias aplicadas del país, de renombre y con una amplia trayectoria.
La propuesta impulsaba cursar una titulación doble, Thomas More expedía el ¡grado europeo! en comadronería. Repito, grado europeo y por lo tanto formación reglada y validada a nivel europeo, y consecuentemente reconocido para ejercer la profesión de matrona en los 27 países miembros de la Unión Europea. La cuestión estaba que en lugar de cursarlo directamente en su universidad, se cursaba desde Barcelona (igual que sucede con tantas otras titulaciones, por cierto).
El planteamiento que se hacía era que las personas que accedieran al Máster tenían que ser previamente enfermeras, motivo por el cual la duración iba a ser no la de tres, sino de dos años (120 ECTS), esto se nos explicó que era por varios motivos, siendo uno de ellos que el sistema en España aún no estaba maduro para acoger a personas (y principalmente chicas) de dieciocho años sin experiencia sanitaria previa en prácticas. Las que conocemos de primera mano el sistema, sabéis de qué estoy hablando.
También se ha dicho que las prácticas iban a ser en la privada: mentira (por cierto, no parecer ser un impedimento insalvable para nadie que muchas de las enfermeras que cursan el EIR hayan hecho sus prácticas de enfermería en centros de capital privado).
También se ha dicho, relacionado con el bulo de que era una universidad católica, que se prohibiría hablar del aborto: mentira.
También se ha dicho que no iba a incluir contenidos sobre salud sexual y reproductiva: mentira.
Podemos estar de acuerdo o no, pero la propuesta era sólida, era potente, estaba hecha con cariño, no devaluaba sino que ponía en valor la formación para las comadronas. Incluía dos estancias formativas (una por curso) en Bélgica, el 50% de las clases lo impartía en inglés el profesorado belga, incluía por lo tanto acceder a las instalaciones de simulación de la Thomas More, con una capacidad material y técnica (muchas comadronas sabréis al tipo de muñecos simuladores a los que me refiero) de calidad.
Por todo lo anterior creo que las personas que hemos accedido a la propuesta, viendo la cantidad de mentiras y bulos que corren y desde qué lugares y posicionamientos, estamos en la obligación moral y ética de decir clara y abiertamente: MENTIRA. MENTIRA, MENTIRA, MENTIRA Y MIL VECES MENTIRA. Por mucho que repitáis los mismos bulos y las mismas mentiras: mentira. ¿A quién le interesa todo esto?
También creo que las comadronas tienen derecho a saber en qué consistía la propuesta, no porque tengan que estar de acuerdo, pero por lo menos si no lo están, rebatirla desde la verdad y con argumentos. Me lamento que desde sus propios foros no se les haya trasladado.
Con la ley hemos topado
Argumentan desde algunos sectores y se llenan la boca los comunicados nombrando Directivas Europeas, obviando sombríamente que el marco europeo directamente aplicable en España permite no sólo que se lleve a cabo la propuesta objeto de debate, sino que permite explícitamente el acceso directo a la profesión, acceso directo que se bloquea en nuestro país desde múltiples argumentos pero principalmente que las comadronas deben pertenecer a enfermería y que esta es la única vía que garantiza una buena formación, salta a la vista que es un argumento que podría cuestionarse fácilmente, porque en multitud de países del mundo mundial incluyendo Europa existen y coexisten pacíficamente ambas vías sin problema ninguno, con mejores resultados perinatales y mejores condiciones laborales que los nuestros.
También se obvia que se está bloqueando la implementación de una propuesta potente y digna incluida en un sistema de estudios no sólo perfectamente legal sino que ya funciona sin que absolutamente nadie haya puesto el grito en el cielo. Convenios internacionales de todo tipo, por ejemplo, yo me puedo tranquilamente sacar prestigiosos títulos de la Tolouse Business School en Barcelona, porque me apetece sol, playa, paella y gentrificación.
La Unión Europea se supone que ha sido creada precisamente con fines nobles de unificación, etcétera. No sólo para que algunas personas acaben yendo a sacarse títulos sanitarios privados a Europa del este (y de nuevo insisto, no critico a estas personas ni pretendo jerarquizar entre países, critico al sistema).
La ley, igual que la evidencia científica, es una forma de conocimiento de construcción histórica y cultural en un contexto determinado, basada en abstracciones, que siempre va a requerir de una interpretación a la hora de aplicarse en la vida real.
Cabe preguntarse por qué se aplica de esta manera restrictiva y reduccionista única y exclusivamente para el caso de los estudios de comadrona. Cuanto menos curioso, y por qué no decirlo, sospechoso.
A qué le llamamos victoria
Algunas matronas celebraban su primera victoria, no se ha dado respuesta a ni una sola de sus demandas históricas reclamadas durante años. ¿No le saltan las alarmas a nadie con la de kilómetros de pasillos recorridos y quejas e informes y reuniones en despachos que llevamos encima, que la única “petición” de las comadronas que ha sido atendida de forma inmediata haya sido esta? ¿Será que por primera vez estábamos ante algo con la capacidad de cambiar algo? ¿Qué propuesta sólida, disponible e inmediata existe a día de hoy? La respuesta es: ninguna.
En cualquier caso, no nos olvidemos que en toda “victoria” siempre hay pérdidas a lamentar: ¿qué pasa con las mujeres y las personas usuarias?
Muchas de las matronas, algunas de ellas incluso ocupan espacios (pocos y precarios, por desgracia) de poder, se oponen a cualquier nueva propuesta. Sabemos, por la implacable estadística, que muchas de ellas van a jubilarse pronto y no hay relevo ni ninguna iniciativa concreta y aplicable ni a corto, ni a medio, ni a largo plazo que garantice 1) el reemplazo 2) unas condiciones de ejercicio dignas para la profesión.
En unos pocos años no van a quedar comadronas, el telón está bajando rápidamente, en mi opinión mientras algunas están pisando el acelerador (el camino al infierno está hecho de las mejores intenciones), ni siquiera va a quedar nadie para apagar las luces de este lúgubre espectáculo cuando las mujeres y personas con capacidad gestante se queden ahora sí, definitivamente solas.
También sabemos que a menudo para que las cosas se pongan feas hace falta que la mayoría de personas no digan nada. Pues bien, yo sigo diciendo lo que puedo mientras puedo. Con respeto y con convencimiento y con ganas de diálogo sosegado, de escucha activa y de encuentro. Abierta a la crítica cariñosa y siempre siempre constructiva.
Igual que admitimos que las mujeres somos personas diversas y por lo tanto nuestros embarazos, partos y postpartos pueden y deben ser diversos y acompañados desde esa pluralidad, por qué no podemos admitir que la figura de la comadrona también sea plural y diversa, y por lo tanto puedan coexistir ambos modelos, para la que quiera y pueda llegue a la profesión desde la enfermería y la que quiera y pueda, llegue a la profesión de forma independiente.
Mientras tanto, sabemos que uno de los triunfos del sistema es la capacidad de impedirnos soñar que las cosas pueden ser de otra manera, quedándonos atrapadas en dinámicas opresoras y fatalistas.
Me despido desde un lugar llamado deseo
Hago un llamamiento directo al diálogo. Hago un llamamiento a dejar atrás el orgullo. Se emitieron unos comunicados desde un lugar determinado. Ahora que tenemos más información, ¿por qué no cambiar nuestros posicionamientos?
Demostrar que nunca es tarde, que mientras podamos encontrarnos podremos construir y que mientras podamos encontrarnos y construir las cosas podrán cambiar, ser mejores para todas. Demostremos que es posible cambiar de opinión y parecer cuando estamos abiertas a la información y a la escucha activa y respetuosa. Yo estoy dispuesta a todo lo anterior, dispuesta a ser contactada, a hablar, a argumentar. Estoy dispuesta, aunque me siento vulnerable y a ratos tengo miedo, no me importa admitirlo.
Unámonos y demos apoyo a un proyecto que nos ilusiona, que abre posibilidades y nuevos marcos. Demos la cara, no hay nada que ocultar. Por amor a la profesión de las matronas, a las mujeres y personas gestantes. Por amor propio.
En cualquier caso, nos pongamos o no de acuerdo, hay muchas personas enfadadas, muchas personas dolidas, algunas personas han cruzado líneas rojas, incluyendo insultos a las compañeras, vulneraciones graves de derechos y acusaciones de traición. Un espectáculo al que jamás hubiéramos deseado asistir.
Me pregunto cómo podremos construir espacios de cuidado conjunto, en el que reencontrarnos y mirarnos a los ojos, abrazarnos porque estamos todas en el mismo camino.¿Tal vez una merienda? ¿Ir juntas a dar un paseo en la montaña? Lo digo desde el convencimiento de que la ternura y el cuidado no sólo son revolucionarios, son indispensables. Me pongo a disposición de iniciativas en este sentido.
Yo no renuncio a soñar que las cosas pueden ser de otra manera, empezando por este debate. Pueden ser diferentes desde ahora mismo ¿Y vosotras?
En Barcelona a 12 de marzo de 2023
1Y por cierto, quien desee leer el informe al que me refiero que me escriba con total libertad y se lo haré llegar sin ningún problema.
El BOE dice:
4.1.2 Para obtener el título de la especialidad de Enfermería Obstétrico-Ginecológica (Matrona), las matronas residentes cumplirán el programa formativo en unidades docentes multiprofesionales de obstetricia y ginecología, acreditadas para la formación de especialistas en enfermería obstétrico-ginecológica (Matrona) que cumplan los requisitos generales de acreditación aprobados al efecto, durante un período de dos años a tiempo completo, lo que incluirá, tal como prevé el artículo 54.1b) del Real Decreto 1837/2008, de 8 de noviembre (que transpone la directiva 2005/36/CE), una dedicación mínima a actividades docentes-asistenciales de 3.600 horas.
Y el máster tiene 120 ECTS que son 2000 horas.
Francamente deficiente
Me surge otra reflexión en relación a esto que dices:
¿Como es posible que en el resto de Europa dediquen, según dices, 1.600 horas menos a formar a cada comadrona y tengan mejores resultados en el Europeristat?
Es decir, en España se dedica el doble de tiempo a formar comadronas y a pesar de ello el país pincha en los resultados perinatales.
¿Igual es que cantidad no equivale necesariamente a calidad y es posible inspirarnos en otros modelos y otras formas de hacer las cosas?
Un saludo y gracias por el comentario.
Me ha encantado y me gustaría que me hicieras llegar el informe.
Gracias
Marta, podrías hacerme llegar el informe?
Gracias!
Gracias Marta, tus palabras me han permitido poder ver esta otra forma de mirarlo y coincido en algunas cosas, sin embargo sigo pensando que no es la solución, y nadie ha preguntado a las MATRONAS y menos a las EIR que nos parece esta nueva vía. Es cierto que existen formaciones privadas en otras áreas sanitarias como bien dices, pero todos convergen en un mismo examen a nivel estatal como son el PIR, FIR, MIR, EIR cuando se trata de obtener una titulación de especialista. Esto ocurre indenpendientemente de la procedencia (universidad pública, privada o extranjera.)
Creo que todas las que lo hemos pasado sabemos las limitaciones, desventajas e injusticias de este tipo de pruebas y aún así, de lo que tenemos, es lo más justo. La diferencia económica entre prepararte un EIR y pagarte un Máster de dos años (por cierto de una Universidad privada de Barcelona, dato que no he leído en ninguno de los comunicados emitidos en los últimos días acerca de la nueva propuesta) es que cualquier enfermera titulada puede pagarse la formación del EIR trabajando unos meses(pocos) o compaginando ambas tareas, labor y estudio, con todo lo complicado que llega a ser. Eso sin contar que, de un año para otro puedes tener tooodo el material de estudio, por supuesto reutilizable si lo completas leyendo un poco de literatura o de protocolos actualizados en la maravillosa (a veces) web. Sin embargo, costearse un Máster privado …no sé a que cantidad económica podría llegar teniendo en cuenta que un máster público de 1 año en este páis te puede llegar a costar 2-3 veces una preparación de EIR, como poco.
Todo es cuestionable, todo tiene varios ángulos y nada está del todo bien , ni bien para todoxs. Pero si hay, desde luego, un bien común, y dudo que este venga de la implantación de una formación de carácter privado y probablemente inaccesible para muchos. Es cierto que se ha lanzado presión con este tema y no con otros igual o más de importantes como algunos que mencionas en tu artículo, supongo que porque vimos la posibilidad de conseguirlo en esta ocasión. Hemos tirado la toalla con muchas luchas, pero a veces hay ganas de recogerla y a veces esto ocurre con pequeñas ‘victorias’. Nos hemos visto amenazadas, sí. Hemos tenido miedo. Sobretodo las que estamos en período de formación. Cuesta llegar, cuesta acabar, cuesta ver el poco interés en mejorar la formación que ya existe y de la que encima ‘te estás beneficiando’ y que además, quien tiene que mejorar y atender a las peticiones de sus alumnas pone más energía en otro proyecto ajeno. Fastidia ver que tu esfuerzo hay quien se lo compra con dinero , algo que por cierto ocurre con demasiada frecuencia y que dudo mucho sea modificable. Sin embargo, la lucha no está en limitar el acceso directo ni mucho menos, la lucha quiere conseguir un acceso directo, un grado univeristario específico, público, para todas. Porque si, la universidad pública cuesta dinero en España , pero por suerte quedan becas, y son muchos los que terminan sus grados con ellas. Grado ya! Formación de calidad ya! Y a poder ser al alcance, si no de todas, de la mayoría.
Un saludo Marta
Y gracias otra vez por el abrazo que nos brindas a todo el colectivo, siempre desde el respeto.
Gracias por el respeto mutuo.
No estoy de acuerdo con lo que dices. Las directivas europeas directamente aplicables en España permiten no solo la doble vía, sino que se estudie en este formato.
en segundo lugar, sí ha habido participación del colectivo, estaba incluida en la propuesta, pero es que igualmente, le preguntan al colectivo enfermero cada vez que se abre un grado en enfermería en la privada, perfectamente legal?
Luego dices que habrá que pagarse una privada, el EIR es igualador? ¿Cuánta gente que va al eir para acceder a una especialidad viene de formarse en universidad privada porque no había plaza en la pública? El precio además no es de máster (OTRO BULO) y en Blanquerna también hay becas.
Si me lo permites en tu mensaje veo este tema de “como a mí me ha costado, todo ha sido muy difícil y me siento amenazada” no quiero que para otras sea “fácil”. Igual sería doloroso comprobar que se puede ser comadronas, “no porque te regalen el título” sino por vías más amables sin comprometer el nivel formativo?
Las que llevamos años en este activismo te decimos con total tranquilidad que esto que quieres del grado público, se plantea desde hace años Y NO LO VAN A DAR. Requiere Consejo de Ministros. Ni hacen el grado ni suben las plazas de EIR. No véis que les están dando competencias vuestras a enfermería pediátrica y de familia? que están poniendo a nutricionistas, a fisios, etc.? La estrategia política actual es eliminaros profesionalmente. Jamás ha sido tan obvio. Lo triste es lo fácil que se lo están poniendo algunas.
Entonces, si es verdad que se permite según las directivas europeas… que ha hecho parar este proyecto? Únicamente el descontento popular de algunas matronas y residentes? Increíble poder comprobar el poder que tenemos entonces. Habrá que seguir luchando por otras cosas. Lo que nos disgusta es toda esta opacidad que ha habido desde el principio y los intereses que puede haber aquí, sobre todo cuando YA existe una formación, buena, pero con muchas mejoras. Mejoras que parecen no importarle a nadie de quien apoya este proyecto. Es más fácil cambiar el foco, es más fácil crear algo nuevo “comprar” algo nuevo que arreglar o mejorar lo que ya hay. Una actuación bastante capitalista, ¿no crees? Es evidente que la empresa privada tiene muchas ventajas y que muchas personas de este país se benefician de la misma, esto no pretendía ser un boikot contra “lo privado”, es una protección de “lo público”, no para que siga igual, si no para centrar las mejoras en el: abrir más plazas, mejorar la formación teórica.. supongo que, como dices, algo que ya se ha pedido. Que ya se haya pedido y que no haya respuesta de momento no significa que no vaya a haberla. Hay otras especialidades que han aumentado mucho sus plazas de FSE. Una protesta real y unificada podría ayudar, una escisión, a mi parecer, no
Por cierto!. Me alegro de que al prójimo le vaya bien, claro que sí, y no Marta, no es cierto que quiera que todas pasen por una criba igual que la mía y que lo pasen igual de mal que lo pasan muchas preparando la prueba de acceso EIR o haciendo la residencia, lo que quiero es que todas las que quieran ser matronas aquí puedan acceder con los mismos requisitos : estudiando, formándose. Como ya te dije antes, en el resto de especialidades nadie llega a ser GINECÓLOGA, MÉDICO DE FAMILIA, PSICÓLOGA CLÍNICA o FÍSICO CLÍNICO pagando un máster. Es más seriamos pioneras las enfermeras (como no), de un cambio que nos perjudica a la (no tan) larga y que encima sus propulsores critican lo aberrante que es la formación que realizamos. No hay derecho. Las que no quieren o no pueden, siguen teniendo Europa para formarse allí y volver con su título (que por cierto según algunas de ellas es muchooooo mejor que el que sacamos aquí, aunque después trabajemos mano a mano en el mismo lugar, y bien contentas todas), y nadie critica eso, sólo faltaría! Igual que algunos médicos españoles, huyendo del MIR se van a cursar la especialidad fuera, con lo bueno y lo malo que ello conlleva. Pero nunca pagando aquí. Me gustaría que les lanzasen la propuesta (porque también faltan médicos en todos los ámbitos eh), a ver que revuelo veíamos ante semejante idea.
Por último, me gustaría comentar que las cosas, en este país, como ya sabemos por otros temas, aunque algunos se empeñen en mirar sólo su ombligo, cambian muchísimo según la comunidad autónoma. Es verdad que faltan matronas, en Cataluña. En la gran mayoría de autonomías y en esta misma, lo que falta es que contraten matronas!!! ¿Porque están todas volviendo a la enfermería generalista o preparando otras oposiciones para tareas más específicas como por ejemplo enfermería penitenciaria?. Hay matronas. Ojalá hubiera más? Si. Pero sobre todo, ojalá contrataran más, ojalá nos dejaran trabajar con un salario digno acorde a la especialización, al 100% de jornada las que lo deseen, con unas condiciones laborales mínimas garantizadas. Como ya sabes, muchas compañeras recurren a montar sus propias empresas fuera del sistema, porque no comulgan con este o porque no tienen otra forma de poder ejercer y sobretodo, de ejercer como a ellas les gusta. Y de verdad, que bien que ocurra! Que bien que sean tan autónomas y que bien que exista la alternativa de poder parir en casa, de acudir a una consulta de suelo pélvico, de lactancia, puerperios continuados y seguidos de cerca… y todo, con una matrona! Pero sabes que me gustaría más ? A mí, y a muchas, incluso a las que apoyáis esta iniciativa. Me gustaría más que esto ocurriera desde el sistema público, y que así, tooooooodas las mujeres ( a las que habéis dicho lo mucho que odiamos todas las que no apoyamos esta nueva vía y lo mucho que hacéis por ellas todas las que si. Porque claro, no apoyarla es proporcional a querer que empeore la salud reproductiva y sexual de todas ellas, por supuesto!) tengan acceso. Tengan acceso a elegir un parto en casa, un parto de nalgas, un seguimiento de cerca de sus lactancias, un apoyo domiciliario cuando es necesario, etc.
Entiendo que privatizarlo y hacerlo “sola” sea más fácil con las trabas que se encuentran en los hospitales y las administraciones públicas pero solo hay que preguntar por las prácticas de 20 años atrás para ver lo que se ha ido avanzando, grano a grano , paso a paso, comentario a comentario de todas las comadronas que se dejaron la piel en los paritorios y centros de salud de los hospitales públicos. Que nos fueron abriendo el camino a las que venimos detrás. Y aunque todavía quede mucho por mejorar, no está de más aplaudir y predicar con el ejemplo de seguir cambiando las cosas DESDE DENTRO. Varios NO por respuesta no fueron nunca el STOP de las que quisieron cambiar las cosas!!
Y nada más,
gracias por el espacio de diálogo y de expresión y por leerme. Lo dejo aquí.
Antía, primero de todo, entiendo que no debes conocer mi trabajo porque llevo una década activista, la cual incluye comaprtir espacios con organizaciones de comadronas de reuniones con políticas, responsables, etc. y también incluye la petición de la aboliciónd e la sanidad privada (entiendo que has leído el texto), entonces, no sé a qué te refieres. En el propio texto digo que las condiciones de trabajo infumables de muchas comadronas hacen que se vean obligadas por preservar un mínimo bienestar a trabajar como generalistas. En el propio texto digo que lo que se expide es un título de grado de comadrona, no es “pagar un máster”. Es que no entiendo este último mensaje porque dices cosas que ya he explicado y rebatido en el texto. En cualquier caso me quedo con que por lo que entiendo de tus comentarios, queremos lo mismo: que se garantice una atención pública obstétrica de calidad basada en evidencia con un ratio de comadronas mujer basado también en la evidencia y las recomendaciones oficiales y que las condiciones laborales y de acceso a la profesión de comadronas sean dignas. Un muy fuerte abrazo.
Marta, por supuesto que he leído tu texto antes de explayarme de este modo. Yo tampoco acabo de entender querer abolir la sanidad privada y al mismo tiempo impulsar que la formación lo sea. Lo siento, pero lo veo incoherente! De aquí el porqué de mi comentario.
Si al final el fin último es común y menos mal! pero ya sabemos que no siempre el fin justifica los medios…
Claro, y de ahí el título que lleva el post: lo perfecto, enemigo de lo bueno. Nos vamos a ir todas a pique, matronas y mujeres, porque la propuesta no nos parece perfecta.
Buenas noches, muy interesante todo el planteamiento y argumentación. Pero aún así me gustaría tener el informe para poder tener mi propia opinión y además compartirlo con muchas más compañeras que están también interesadas en este tema y preocupadas por nuestra situación! Muchas nos hemos enterado de todo esto por Instagram!! Es penoso….
Gracias Marta!
Lo entiendo, y también entiendo que esas explicaciones deberían pedirse a las organizaciones de matronas que sí tenían la información. Un enorme abrazo.